Vuelve el poeta cubano asentado en Italia, Carlos Carralero, a traernos de la mano un nuevo cuaderno de poemas para contarnos historias inolvidables, que vale la pena contar.
“A pesar de Saturno, el Amor” es el nuevo título colocado en Amazon, en español y en italiano.
En una breve e informal entrevista por medio de Whatsapp, el poeta nos cuenta:
“El libro está compuesto de 38 poemas; divido en tres secciones que considero esenciales en mi vida.
En la primera aparecen poemas dedicados a las cosas que he amado o me han producido emociones fuertes: a mis hijos, como el dedicado a mi hija chiquita que dejé en Cuba el mismo día que cumplía un año y medio y solo la volví a ver después de tres años.
Uno de los poemas, reproduce la escena terrible que constituyó el momento en que, siendo pequeño, vi el cuerpo sin vida de quien me daba más amor y seguridad, mi padre, muerto en la lucha contra Batista.
Como sabes, mi familia como la mayor parte del pueblo cubano, fue traicionada por Castro.
El poema a mi abuelo paterno, hombre sensible, es el más largo porque lo tomo como inspiración y compromiso poético.
La segunda parte es dedicada a mi relación con el poder. Algunos encierran hermetismo y simbolismo, pues fueron escritos en Cuba en el momento en que era perseguido.
La tercera parte la titulé Yo y mi filosofía. Representa mis definiciones acerca de determinadas actitudes de mis semejantes y mi actitud ante circunstancias y momento de mi vida”
Carlos Carralero ha publicado varias novelas y libros de poemas siempre atados a una alegoría: Saturno, quien acababa con la vida de sus hijos para no perder el poder. (Para buenos entendedores…)
A los amantes de la poesía contemporánea, les invito a que le echen un vistazo a “A pesar de Saturno, el Amor” en el sitio Amazon, en una cómoda oferta muy asequible a todos. (Haga click en la foto o en el título)
“A pesar de Saturno, el Amor” en Amazon
A continuación y por cortesía del autor, tres poemas de la presente edición:
Yo y el Amor
Para muchos el amor sigue siendo un lema y no la fuerza que crea verdaderos hombres: no duros, sí fuertes espiritualmente. De esta manera abundan los que se creen hombres íntegros, y simplemente son pigmeos en el espíritu.
En una de las estrellas
Cuando mire las estrellas
estarás en una de esas
que hoy miramos los dos.
Desarmaré una página de mi libro preferido
-de allí una espada he de extraer-.
Me dolerían las heridas en el costado
de nuestros recuerdos.
Del principito
elijo el silencio.
Prefiero escuchar tu voz.
La nieve ha de entender
mis razones.
No discrepará del sol que tu piel
ha ido dejando
en la superficie de mis recuerdos.
Para atenuar el ardor de la distancia
cuando mires las estrellas evocando
una nube azul
estaré en una de esas que hoy miramos
los dos.
Viajarás en el recuerdo sobre el calor
de mis brazos.
En las arrugas de una salamandrita
en la madrugada de un gallo fiel
o en el mendrugo de pan -no el
que un día el gorrión llevara-
sino aquel que quizá un “passero”*
habrá de llevar.
(*passero: gorrión)
Yo y el Poder
La burocracia como poder no solamente corroe; monda además las alas de los sueños, mutila la meritocracia y sofoca el talento.
Sueños de las estacionarias
Entonces la bandada emprendió su viaje
hacia aquel punto cardinal.
Algunas habían dañado los campos
el resto llevaba puras sus alas: alimento
y medicina para el camino.
No volaron más
entre campanadas y sermones
entre sol y rocío
entre barca y marea.
Inclinadas besaron la tierra
para impedir su reproche
y jurar lealtad al silencio.
Preferían la soledad a ver las ruinas
de sus cosechas.
El grano ya no fue más al granero.
No podía germinar
y las malas hierbas habían
destruido las semillas
diseminadas por aves de paso.
Para los que vegetan se acabó
la simbiosis.
Ellos esperan ahora
por la próxima primavera
prisionera de los viejos otoños.
En los sueños de todas las noches
está presente un fresco trigal
donde las aves vuelan hacia
todos los rumbos
sin tener que inclinar su derecho al vuelo.
III. Yo y mi Filosofía
No podría jamás calcular los errores que he cometido en mi vida, porque he seguido siendo humano.
Pelota verde
Los proverbios son manifestación genuina
de la experiencia y por ende de la sabiduría popular.
Simpático y laxativo es aquel que dice: “A quien
no quiere caldo le dan tres tazas”.
Tres tazas me han dado a mí,
pero en la delicadeza gástrica
de mi espíritu radica la fuerza.
Con fe cristiana he digerido las piedras
que cínicamente
la mendaz burocracia ha ido colocando
en el hondo recipiente de mi paciencia.
He crecido en una especie de radiografía camuseana
tratando siempre de salir de la sutil película.
De no romper la promesa: usar la carta solamente
para componer frases de amor.
Pero los burócratas me involucran.
Me envuelven siempre
en el juego de la carta y también de la pelota.
La carta es un pedazo de hielo en celulosa
depositario de siglas ignorantes.
Montaña blanca de oscuras señas: se eleva
en relación de la jerarquía y, cuando llega
al punto cimero erosiona y cae.
No por la fuerza de gravedad. Más bien
por aquella de la maldad.
La pelota es un esferoide,
objeto convertido en útil pasatiempo
en nuestro país. Juego en apariencia, sencillo,
que pasa de guante en guante
del bate al guante y,
de un jugador a otro.
Los burócratas, pésimos deportistas por esencia,
intentan hacer pelotas de seres humanos.
Nos pasan del mal al pésimo jugador.
Y como naturalmente no saben ni pueden correr
al final la bola se les escapa.
Y desde sus grises escribanías como el idiota terminan
acariciando su auténtica pelota: un esférico vientre.
En mi país
cuando me negué a la cuarta taza
me convirtieron en pelota; sin embargo, no pudieron
cambiarme el color. Volé como pelota verde.
Llena de esperanzas, dejando atrás
mis queridas pelotitas, las que por mucho tiempo
los burócratas rojos
quisieron mantener en sus sucios e inservibles guantes.
Pero los burócratas perecen en su debilidad,
la de no comprender que el AMOR lo puede todo.
Milano, 1996
Carlos Carralero es un escritor y poeta cubano, exiliado político en Italia desde 1995. En Cuba fue exponente y fundador de varias organizaciones de derechos humanos. Después de haber organizado dos manifestaciones pacíficas (delito sumamente grave en la Cuba de Fidel Castro) fue encarcelado, luego obligado a abandonar la isla para evitar una condena a diez años de privación de libertad.
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